La travesía de los Renault 4 en 1965

Cuatro conductoras en dos Renault 4 unieron Ushuaia con Alaska

En 1965, cuatro parisinas -Michelle Ray, Elianne Lucote, Betty Gérard y Martine Libersart- protagonizaron una increíble travesía al conducir dos Renault 4 desde Ushuaia, Argentina, hasta Anchorage, Alaska. Este viaje épico demostró la resistencia del modelo francés. Las mujeres compartieron un solo bolso, priorizando espacio para suministros, combustible, repuestos y, ocasionalmente, armas para protección.

Este logro no solo destacó la versatilidad del Renault 4, sino que también rompió estereotipos de género, convirtiéndose en un hito para la automotriz francesa. La aventura fue nombrada "Las 3 Elle" y aún inspira por su valentía y determinación al recorrer aproximadamente 40.000 kilómetros (24.850 millas).

La travesía fue liderada por Michèle Ray, por entonces una joven modelo de 26 años que años más tarde se destacaría como periodista y productora de cine. Michèle propuso un viaje desde Tierra del Fuego, en el extremo sur de América, hasta Alaska, En junio de 1965, las cuatro llegaron al punto de partida en Ushuaia, Argentina, con dos Renault 4 cargados al máximo. En pleno invierno austral, partieron el 11 de junio sobre caminos cubiertos por unos 30 centímetros de nieve fresca.

El trayecto incluía rutas en todo tipo de condición. Las conductoras tuvieron que "balancear" repetidamente los autos para sacarlos de profundos baches. "El Renault 4 es un coche para mujeres por más de una razón. Fácil de conducir, pero sobre todo fácil de levantar", declaró luego Michèle. Además, gracias a un curso técnico de tres semanas en la fábrica de Renault, las expedicionarias pudieron resolver los problemas mecánicos durante el viaje.

La ruta pasó por Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica y México, antes de cruzar Estados Unidos y Canadá hacia Alaska. A pesar de la amplia capacidad del R4, las aventureras compartieron un solo bolso para su ropa, dejando el resto del espacio para repuestos, herramientas, bidones de combustible y material de filmación. Durante su paso por la selva brasileña, incluso añadieron rifles, munición y machetes a su equipaje por seguridad.

Cerca de la meta en Anchorage, una piedra rompió el parabrisas del vehículo de Michèle Ray. Con una temperatura de -18°C terminó la travesía conduciendo envuelta en su bolsa de dormi, deteniéndose cada 60 km (38 millas) para calentarse. Finalmente, ambos Renault 4 llegaron intactos a Alaska y, tras reparar el parabrisas, continuaron hasta Nueva York. La expedición confirmó las cualidades duraderas del pequeño Renault 4, un verdadero ícono de resistencia y funcionalidad.

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